El silencio puede ser más elocuente que cualquier palabra.
Y mucho más poderoso que muchas palabras juntas.
Puede ser un bálsamo, un descanso, un abrazo, incluso una bendición.
El silencio no es renuncia ni desinterés.
El silencio bien utilizado comunica atención, escucha activa, reflexión, pausa, contención.
El silencio es fuerte no débil.
El silencio abre puertas.
El silencio edifica relaciones.
Cómo estás usando el silencio hoy?.
Ya lo dijo sin adornos, Jorge Luis Borges:
“No hables a menos que puedas mejorar el silencio.”