La diversión es más seria y necesaria de lo que pensamos.
Entretenernos, distraernos, reírnos, son formas de abrazarnos a nosotros mismos y también de conectar con el niño que fuimos y que sigue viviendo en nosotros.
Cuando jugamos construimos vínculos, nos retamos y aprendemos.
Liberamos creatividad, aflojamos tensiones y nos reímos de nosotros mismos. Divertirnos es una llave poderosa para una vida más sana.
Juega solo o acompañado, pero juega.