Muchas veces nos quedamos atrapados en el pasado y lo proyectamos al futuro, en lugar de trabajar el presente para mejorar nuestro futuro.
Nuestra tendencia natural es enfocarnos en lo malo, en los problemas, en los fallos.
Preferimos mirar hacia fuera, culpando a las circunstancias, responsabilizando a otros, en vez de escrutarnos a nosotros mismos, mirando hacia adentro.
La indagación apreciativa nos invita a buscar lo bueno, lo que funcionó, las oportunidades que el futuro nos depara.
- Es buscar lo mejor de nosotros y otros.
- Es hacer preguntas que refuercen nuestra propia capacidad.
- Es esmerarse en buscar lo bueno y construir desde este lugar.
Cuando cambiamos la mirada, eso que miramos -cosas, personas, situaciones- se transforma ante nuestros ojos.